Catridge’s Zone ofrece soluciones económicas a sus clientes que no comprometen la calidad de impresión. Y aún más importante, estas soluciones tienen un efecto positivo en el medio ambiente, ayudando a reducir el ciclo de los cartuchos que entran en la corriente de residuos. La mayoría de los desperdicios a nivel mundial terminan en los rellenos sanitarios. Algunos luego son remanufacturados o reciclados, otros incinerados y otros depositados de manera ilegal en la tierra o en el océano. En los últimos 20 años, ha surgido la necesidad de reducir la cantidad de desperdicios que terminan en los vertederos por la falta de espacio, así como de evitar el desperdicio de recursos utilizados en estos métodos de disposición. Muchos productos están siendo transportados hacia áreas donde no existen controles ambientales estrictos, y muchas veces, en vez de ser reciclados terminan siendo depositados en lugares donde contaminan el agua, el suelo y el aire.
Los cartuchos de tóner están compuestos de plásticos, metales conductores de electricidad y magnéticos, y tinta, entre otros componentes que hacen de éstos extremadamente peligrosos para el medio ambiente. La industria de la remanufacturación nació debido a los costes y cuestionamientos ambientales que surgieron por los cartuchos de tóner desechables. La mayoría de los cartuchos pueden ser remanufacturados y rellenados. Estos se venden luego por un precio muy inferior al original.
¿Por qué debemos reciclar?
– Se necesitan unos 3,4 litros de petróleo para fabricar un tóner nuevo.
– Un cartucho de tinta tarda más de 450 años en descomponerse.
– El 90% de los cartuchos tirados al vertedero son de tóner.
– Cada cartucho de tóner que es tirado en un vertedero añade aproximadamente 1.5 kilos de plástico, metal y químicos.